Nuevos Buques de Asalto Anfibios Rusos: ¿Amenaza Inminente?
- UBA Centro de Estudios de Política Internacional
- 3 ago
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Por Nicolás Tripicchio, Colaborador del Observatorio de Defensa y Seguridad Internacional (CEPI - UBA).
En el complejo tablero de ajedrez geopolítico, la capacidad de proyectar fuerza militar más allá de las fronteras es un as en la manga que toda gran potencia naval anhela. Rusia, con su ambición de revivir su estatus global, ha comenzado a construir modernos buques de asalto anfibio. Los buques Proyecto 23900, no son unos simples buques más, son una muestra de intenciones y una amenaza para todos sus enemigos. Cada una de estas embarcaciones es una herramienta diseñada para llevar la guerra a las costas lejanas, su existencia nos replantea serias preguntas sobre futuros escenarios de conflicto.
Un nacimiento forzado: De la frustración francesa a la ambición rusa
La historia de los buques Proyecto 23900 “Iván Rogov” [1] está marcada por un revés diplomático que, paradójicamente, impulsó la autosuficiencia naval rusa. En 2011, Rusia había encargado a Francia dos buques de asalto anfibio de la clase Mistral, con los nombres provisorios de "Vladivostok" y "Sebastopol". Estos barcos habrían representado un salto cualitativo para la Armada rusa, dándoles una capacidad de desembarco y mando sin precedentes. Sin embargo, la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014 llevó a Francia a suspender la entrega en septiembre de ese mismo año, lo cual fue respaldado por la comunidad internacional. París devolvió el depósito pagado por Moscú, y los buques fueron finalmente vendidos a la Armada egipcia [2].
Este "plantón" francés fue un catalizador [3]. Rusia, decidida a no depender de proveedores extranjeros para capacidades militares tan cruciales, aceleró sus propios programas de construcción naval. El 22 de mayo de 2020, en un acto cargado de simbolismo, se firmó el contrato para la construcción de dos barcos del Proyecto 23900. La construcción se inició en el Astillero Zaliv en Kerch, Crimea, la península ucraniana anexionada por Rusia, lo que subraya la importancia estratégica de la región del Mar Negro para Moscú y su visión de control sobre esas aguas.
Aunque la fecha de botadura del primer buque se esperaba para 2023 y su entrada en servicio para 2025 [4], la invasión a Ucrania y los golpes inesperados recibidos tanto en territorio ruso como en el propio astillero de construcción [5], implicaron un retraso significativo. Si bien este último ataque mencionado logró alcanzar a una corbeta del Proyecto 22800, dañar a un transporte “Ropucha” e inutilizar a un submarino “Kilo” que se encontraban en el lugar, es muy posible que la intención ucraniana fuera destruir a todos los buques que se encontraban allí y tal vez al propio astillero. A esta conclusión se puede arribar fácilmente debido a la gran e inusual cantidad de misiles utilizados, 15 según estimaciones [6], de los cuales 13 pudieron haber sido destruidos por las defensas anti áreas rusas, antes de que alcanzaran su objetivo. No obstante, los daños producidos y el desvío de fondos a otros sectores más urgentes como el aumento de producción de drones, generaron grandes retrasos en el proyecto ante lo cual se estima que puedan empezar las pruebas en alta mar a finales de 2027. A estas estimaciones arriban algunos analistas, atento a las fotos satélite donde se aprecia el progreso entre julio de 2024 y la primavera de 2025 [7]. Si bien las aristas de posibilidades son casi infinitas en el mundo actual, dichos plazos podrían acortarse o alargarse según como se vaya desarrollando la situación bélica.
Capacidades y Especificaciones [8]
Los buques del Proyecto 23900 están diseñados para ser el núcleo de la fuerza de proyección anfibia de Rusia. Con una eslora estimada en unos 220 metros y una manga de aproximadamente 40 metros, estos buques tendrán un desplazamiento de alrededor de 40.000 toneladas, lo que los sitúa en la categoría de los buques de asalto anfibio más grandes del mundo. En comparación, los Mistral franceses tienen un desplazamiento de unas 21.500 toneladas y una eslora de 199 metros, lo que indica que los “Iván Rogov” serán significativamente más grandes y, por ende, con mayor capacidad de carga.
Una característica clave de los buques de asalto anfibio es su capacidad para operar una amplia gama de aeronaves. Los “Iván Rogov” podrán llevar a bordo alrededor de 20 helicópteros de diferentes tipos, incluyendo helicópteros de transporte (como los Ka-29 y los futuros Ka-65 Minoga), helicópteros de ataque (como los Ka-52K para apoyo aéreo cercano) y helicópteros antisubmarinos, lo que les permitirá controlar el espacio aéreo local y apoyar las operaciones en tierra. Además de helicópteros, la Armada rusa ha señalado que los buques del Proyecto 23900 podrán transportar drones de ataque y reconocimiento, lo que mejorará en gran medida sus capacidades de combate y reconocimiento, una adaptación vital en la guerra moderna.
En cuanto a su capacidad de desembarco, estos buques están diseñados para transportar una fuerza considerable de infantes de marina, vehículos blindados (incluyendo carros de combate como el T-90 o sus versiones modernizadas), vehículos de transporte de personal y otros equipos logísticos. Contarán con una cubierta de inundación en la popa que les permitirá embarcar y desembarcar lanchas de desembarco rápidas (como las del Proyecto 11770 Serna o las más modernas del Proyecto 02510 BK-16), facilitando el traslado de tropas y vehículos directamente a la playa. Su diseño robusto también les permitirá operar en mares cubiertos de hielo, dirigiéndose por un rompehielos, una capacidad crucial para la expansión de las operaciones rusas en el Ártico.
La propulsión de estos buques se espera que sea diésel-eléctrica, lo que ofrece eficiencia y flexibilidad operativa. Aunque no se han publicado todos los detalles de sus sistemas de armamento, se prevé que cuenten con sistemas de defensa aérea de corto alcance y artillería para su propia protección y apoyo a las fuerzas de desembarco.
La Doctrina Anfibia Rusa: Del Pasado Soviético a la Proyección de Poder Actual
La doctrina naval rusa, y antes la soviética, siempre ha reconocido la importancia de las operaciones anfibias. Durante la Guerra Fría, la Unión Soviética desarrolló una flota considerable de buques de desembarco, de los cuales se pueden destacar a los “Ropucha”, diseñados para operaciones en el Báltico (2 activos y 1 dañado en Sebastopol) o el Mar Negro (4 activos y 4 destruidos por Ucrania), principalmente para apoyar ofensivas terrestres o realizar desembarcos tácticos. Sin embargo, estos carecen de la capacidad integral de comando, control y proyección de helicópteros que caracterizaba a los buques de asalto anfibio occidentales.
Ahora bien, el Proyecto 23900 representa un cambio de paradigma. Estos buques no son solo transportes de tropas; son plataformas de mando y control, capaces de coordinar operaciones anfibias complejas y de largo alcance. Su incorporación busca modernizar y ampliar las capacidades de proyección de fuerza de la Armada rusa, permitiéndole llevar a cabo operaciones expedicionarias o establecer cabezas de playa en costas enemigas.
Con el desarrollo de los últimos años en el ámbito de vehículos no tripulados, estas embarcaciones serán también importantes plataformas de lanzamiento masivas de enjambres de drones aéreos y navales, que podrían saturar cualquier tipo de defensa aérea o costera; cambiando la historia de las guerras anfibias, donde usualmente los defensores tenían mayores ventajas a su favor.
Situación en Ucrania
La Inteligencia ucraniana esperaba que las fuerzas rusas desembarcaran en Odesa con la flota del Mar Negro, los indicios por parte de Rusia eran consistentes; además hay que recordar que en los primeros momentos de la invasión del 2022 uno de los principales objetivos fue la ciudad portuaria de Mykolayiv, punto clave junto a Kherson y Odesa, en el frente sur.
Aún más relevante, los buques anfibios y de transporte de la flota rusa del Mar Negro eran el pilar logístico entre los puertos rusos y las ciudades de Sebastopol, Feodosia, Berdyansk y Mariupol; a los que Ucrania, sin una armada a la altura siquiera, debía hacer frente. Al momento se estima que un 30% [9] de dicha flota rusa, fue destruida, haciendo ahora imposible para la Federación Rusa un desembarco de tal magnitud, al menos con los medios restantes.
El objetivo de capturar el sur ucraniano y cortar definitivamente con su tráfico marítimo posiblemente significaría un golpe mortal para la parte ucraniana, debido a que la región es la principal zona de egreso de sus mercaderías al mundo. Para fortuna de Ucrania, esto debió ser pospuesto, pero obviamente no se encuentra descartado y eso queda claro con los Proyecto 23900. Hoy la línea de frente sur occidental se encuentra estancada en las orillas del río Dnieper, por carecer tanto Rusia como Ucrania de una capacidad de proyección de fuerza que pueda hacer retroceder al otro bando.
Es una realidad que las defensas costeras ucranianas se han reforzado significativamente con misiles antibuque y minas, y la Armada ucraniana, aunque superada en número, ha demostrado ser ingeniosa y práctica con el uso de drones de superficie no tripulados para atacar la Flota rusa del Mar Negro, lo que haría cualquier operación de desembarco extremadamente arriesgada.
Esa evaluación no quita que Rusia, si tuviera intensiones de forzar una rendición o patear el tablero en una región poco defendida, podría con estos nuevos buques y el apoyo adecuado, lograr un desembarco y una cabeza de playa en cualquier zona costera entre Rumania y Odesa; ocupando sitios como la Isla Bile que tanto amenazó al tráfico marítimo y aéreo ucraniano cuando estuvo en posesión rusa y fue liberada solo tras intensos bombardeos. De lograrse tal situación, Ucrania se vería obligada a dividir sus tropas estacionadas en el sur para intentar evitar o frenar dicho avance, arriesgando gravemente su posición en Kherson; con el riesgo de quedar privada de todo acceso marítimo y facilitando la logística rusa.
Conclusión
Rusia se encuentra en un conflicto armado desde hace 3 años, y sus aliados abiertamente le proveen asistencia, como los casos de Corea del Norte e Irán, con material bélico y hasta tropas. No existe aún evidencia concreta de que China, su máximo aliado hoy en día, esté colaborando militarmente con Rusia, pero no puede descartarse de que a futuro ocurra o si estuviese ocurriendo, sea tan eficiente su ocultamiento que no lo estemos viendo. Asimismo, y mucho más factible, no sería extraño que alguno o los 3 países mencionados puedan colaborar con asistencia técnica, mano de obra o incluso prefabricando algunos componentes de estos buques; cuestiones mucho menos llamativas y hasta menos cuestionables por la comunidad internacional, pero que podría permitir una aceleración en los plazos de construcción de la maquinaria bélica rusa.
Es difícil estimar si la invasión a Ucrania continuará por muchos años más, o si en poco tiempo surja algún hecho bélico determinante que haga claudicar a alguno de los bandos, o si alguna negociación diplomática logre frenar las hostilidades; pero lo que sí se puede vislumbrar hoy en día es que llamativamente la humanidad se encuentra extremadamente convulsionada, por conflictos graves iniciando o resurgiendo en varios lugares del mundo. Y una marina militar, con buques de asalto anfibio como los analizados, puede proyectar los intereses su Nación con una facilidad considerable contra países sin las fuerzas militares necesarias.
Cuando la Armada Rusa concluya estos buques de asalto anfibio, comando, control y proyección marítima, sus capacidades militares se verán ampliamente potenciadas y podrían amenazar a prácticamente cualquier país del mundo que les haga frente o se encuentren dentro de sus intereses neo-imperialistas.
Notas:
[1] El nuevo portahelicópteros ruso está tomando forma en Crimea: https://www.twz.com/sea/russias-new-helicopter-carrier-is-taking-shape-in-crimea
[2] Comienza en Crimea la construcción de portahelicópteros rusos similares a los ‘Mistral’ franceses: https://es.rbth.com/technologias/85630-comienza-crimea-construccion-portahelicopteros-rusos
[3] Crisis en Ucrania: Francia suspende la entrega de buques de guerra a Rusia: https://www.bbc.com/news/world-europe-29052599
[4] Rusia espera tener el primer portahelicópteros de fabricación doméstica en 2025: https://noticiaslatam.lat/20190605/primer-portahelicopteros-de-fabricacion-domestica-rusia-1087513933.html
[5] Buque de guerra ruso visto gravemente dañado por un misil de crucero ucraniano: https://www.twz.com/russian-warship-seen-badly-damaged-by-ukrainian-cruise-missile
[6] Ucrania ataca un astillero ruso en el puerto de Crimea y daña un barco: https://www.reuters.com/world/europe/ukraine-military-says-it-hit-zalyv-plant-port-city-kerch-crimea-2023-11-04/
[7] La Federación Rusa está construyendo su barco más grande, el "Iván Rogov", para 15 helicópteros en Kerch, el ritmo se ha acelerado ligeramente: https://defence-ua.com/army_and_war/rf_v_kerchi_buduje_svij_najbilshij_korabel_ivan_rogov_na_15_vertolotiv_temp_trohi_priskorivsja-18443.html
[8] La USC presenta el modelo ruso del Proyecto 23900 LHD: https://www.navalnews.com/naval-news/2022/08/russian-usc-unveils-new-amphibious-assault-ship-at-army-2022/
[9] These are the most important Russian ships destroyed by Ukraine: https://kyivindependent.com/these-are-most-important-russian-ships-destroyed-by-ukraine/