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Arabia Saudita y el sector petrolero: un nuevo movimiento en el tablero internacional

Por Valentina Borghi Ponti, integrante de Área Medio Oriente


Aramco, una de las empresas más influyentes a nivel internacional en materia de recursos energéticos, se encuentra conversando una potencial venta del 1% de su compañía. La relevancia de este suceso radica en que, tanto para Arabia Saudita como para Medio Oriente, la proyección de este plan significaría una nueva entrada de capitales extranjeros y una posible expansión del sector energético saudita, buscando costear las nuevas demandas y solventar el desempleo producto de la pandemia por el Covid-19.


Para comprender esta dinámica, es fundamental enfatizar en el rol de Mohammed bin Salman (en adelante MBS), príncipe heredero de Arabia Saudita, y el aporte del sector petrolero al PBI del país. Aramco es una de las empresas petroleras más grande del mundo, después de China Petroleum & Chemical Corp. (Sinopec) y PetroChina Co., y se posiciona como un actor sumamente estratégico y relevante tanto a nivel regional como dentro del sistema energético mundial. Esto se debe principalmente a que el sector industrial saudita se encuentra dominado por las actividades petroleras y representa el 47,7% de su PBI, que además supone el 80% de las exportaciones nacionales.


Arabia Saudita es un miembro fundamental de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y se caracteriza por ser uno de los mayores productores y exportadores de petróleo en el mundo, además de ser la mayor economía de Medio Oriente y el país árabe más rico de la región. Sin embargo, pese a tener uno de los niveles de vida más altos de Medio Oriente, se enfrenta a altos números de desempleo producto del impacto generado por la pandemia por Covid-19 con un porcentaje del 14,9% en el tercer trimestre del 2020. A estos factores se le suman los bajos precios del petróleo que definieron el 2020, por lo que la posible venta de acciones de Aramco generaría un margen de aproximadamente USD 19 mil millones para el Reino de Arabia Saudita , cuestión que tendría significativas implicancias dentro del mercado de recursos energéticos en términos comerciales y productivos.


En consonancia con lo planteado por Mohamed A. Ramady, el movimiento de oferta pública de venta (IPO, por sus siglas en inglés) que planea llevar a cabo Aramco es uno de los más importantes en los últimos años. Focalizar en que el gobierno saudí posee más del 98% de las acciones de Aramco es fundamental para entender el papel clave de MBS en esta ecuación. En el marco de la Visión Saudí 2030 el príncipe heredero declaró que esta potencial venta se encuentra basada en la necesidad de dinamizar el sector energético y desarrollar nuevos sectores económicos en pos de diversificar la economía saudí, aunque aún no se tenga por seguro qué Estado o compañía internacional sea el/la potencial comprador/a.


Lo anterior cobra sentido si se tiene en cuenta la dependencia económica nacional de Arabia Saudita del sector petrolero y los ingresos de hidrocarburos, lo que vuelve al país vulnerable frente a futuras fluctuaciones o cambios en el sistema energético mundial. Pero así como la compañía tuvo sus momentos de auge, signados por la determinación de sus acciones en el mercado de la energía, también enfrentó situaciones de incertidumbre.

En marzo, por ejemplo, se anunció desde la empresa una caída de ventas del 44,4%, precipitación en consonancia con la disminución del consumo petrolero y la caída de los precios de hidrocarburos. Actualmente el precio del barril es mucho más alto a comparación del año pasado, considerando el desplome ocurrido entre marzo y abril del 2020, pero continúa oscilando entre los 40 y 60 dólares (Ver gráfico 1). A este descenso de los precios y las ventas se le suman los niveles de desempleo ya mencionados, estimando una tasa por debajo del 11% a medida que el país busca recuperarse económicamente


Pese a todo, hoy se persigue el objetivo principal de diversificar la economía saudí a través de la monetización de sus activos petroleros, invirtiendo también en energías renovables y en aumentar el número de ciudadanos saudíes en la empresa. Sin embargo, Mohammed bin Salman debe tener en cuenta ciertas consideraciones que podrán, posteriormente, afectar su próxima maniobra y/o frustrar su estrategia de política energética.


En primer lugar, puede tornarse un Estado aún más sensible frente a las constantes variaciones en los precios del petróleo y los costos de producción, como también a la oferta y demanda vacilante en el sistema internacional. En segundo lugar, el no invertir en la diversificación del sector energético hacia nuevas alternativas (como las energías renovables) puede desencadenar en una pérdida de relevancia estratégica de Arabia Saudita como principal productor y exportador de recursos energéticos de la región, principalmente porque, como ya se ha hecho mención, a nivel doméstico continúa dependiendo de forma casi exclusiva de la industria petrolera como su primordial motor económico. Por último, pero no menos importante, pueden surgir posibles reclamos de los futuros inversionistas, argumentando que sus intereses se encuentran relegados a expensas del interés nacional.


El plan de transformar a Aramco en una compañía energética global integrada (es decir, que comprende varios sectores de la industria petrolera como la exploración, producción, transporte, refinación, entre otras), con el objetivo también de generar un margen de ganancia que le permita invertir en otros proyectos saudíes, es estratégico e inteligente, pero no deja de ser arriesgado. El príncipe heredero debe reconocer que se enfrenta a un contexto internacional marcado por la incertidumbre y atravesado por el aumento de medidas proteccionistas que los Estados han decidido adoptar como respuesta a la pandemia por Covid-19.


En este sentido, un país productor y tan dependiente del petróleo como Arabia Saudita podría verse afectado por un déficit en el principal sector de su economía, generando un “efecto dominó” en otras áreas que dependen de los hidrocarburos, como la agricultura o los servicios. Pese a que la situación y las perspectivas de Arabia Saudita en torno a sus ingresos basados en Aramco han mejorado, la economía del reino el año pasado se contrajo mucho más que en los últimos 30 años, y se proyecta que este déficit podría ser del 4% para finales de este año.


Asimismo, es menester destacar que el país árabe posee un nivel de 33,4% de deuda pública, lo cual dificulta la necesidad de afrontar nuevas medidas y gastos respecto a los objetivos del proyecto Visión Saudí 2030 y su finalidad de diversificar la economía. En este sentido, una eventual venta del 1% de su principal compañía sería esencial para lograr reformar su mercado de capitales y crear un clima más atractivo para la inversión extranjera directa, evitando que su economía sufra un futuro período de recesión tal como sucedió en el 2020. No es inusual que MBS lidere este nuevo “movimiento”, ni tampoco que el mismo se lleve a cabo en este momento: otras empresas como Adnoc en los Emiratos Árabes Unidos o Qatar Petroleum han decidido vender acciones de la misma forma que Aramco, lo cual muestra una tendencia regional por reforzar sus economías frente a la crisis del año pasado y aprovechar la lenta (pero progresiva) recuperación de los precios del petróleo.




Referencias

  1. Santander Trade (2021). ARABIA SAUDITA: POLÍTICA Y ECONOMÍA. Santander Group https://santandertrade.com/es/portal/analizar-mercados/arabia-saudita/politica-y-economia

  2. World Bank (2021) https://datos.bancomundial.org/indicador/NY.GDP.PCAP.CD?locations=SA.

  3. Ídem, Santander Trade 2021.

  4. Infobae (28 de abril de 2021). Arabia Saudita negocia con “una de las principales compañías energéticas del mundo” la venta del 1% del gigante petrolero Aramco. Infobae. https://www.infobae.com/america/mundo/2021/04/28/arabia-saudita-negocia-con-una-de-las-principales-companias-energeticas-del-mundo-la-venta-del-1-del-gigante-petrolero-aramco/.

  5. Ramady, M. A. (2018). Saudi Aramco 2030. Springer.

  6. Programa estratégico de reformas sociales y económicas de Arabia Saudita propuesto por Mohammed bin Salman con el objetivo de diversificar la economía, utilizando los ingresos derivados del sector petrolero para alcanzar estos objetivos. Siendo un plan de largo plazo, busca posicionar al país como una potencia de inversión global y del mundo árabe e islámico. Para más información visitar https://www.vision2030.gov.sa/v2030/vrps/

  7. Ídem Infobae 2021

  8. Al Jazeera (2021). Saudi Arabia in talks to sell 1% stake in Aramco: MBS https://www.aljazeera.com/economy/2021/4/28/saudi-arabia-in-talks-to-sell-1-stake-in-aramco-mbs

  9. Ídem, Al Jazeera (2021)

  10. Ídem, Santander Trade (2021)

  11. Al Jazeera (2021). Why are Middle East states selling off oil assets? https://www.aljazeera.com/economy/2021/4/28/why-are-middle-east-states-selling-off-oil-assets


Bibliografía

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