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Giorgia Meloni, la donna forte de la política italiana

Por: Mariana Polizzi, integrante del Área Nacionalismos

Durante el último año y medio, la agitada realidad de la política italiana vislumbró el espectacular crecimiento de una carismática mujer y periodista romana clase ’77 (como ella misma se presenta en sus redes sociales), al frente de uno de los partidos de derecha más importantes en el país: Fratelli D’Italia. Teniendo como norte banderas políticas nacionalistas y sociales (en defensa de la familia italiana y los valores cristianos), ¿es posible que Giorgia Meloni pueda convertirse en la figura principal de la derecha italiana?


“Io sono Giorgia”

Luego de la vertiginosa y resonante salida de Matteo Salvini y su Lega Nord [1] del gobierno italiano en agosto de 2019 (léase, la disolución del gobierno de coalición Lega – Movimento Cinque Stelle, con Giuseppe Conte a la cabeza), a los pocos meses (más precisamente en octubre de ese año) la centro derecha italiana organizó en Roma un acto multitudinario que contó con la presencia de los tres líderes del bloque político (Salvini, Meloni, y Berlusconi), queriendo así enviar un mensaje de unidad y fortaleza a su electorado, haciendo frente a la nueva coalición gobernante M5S – Partito Democratico.

En esa oportunidad, durante su encendido discurso, Giorgia Meloni dejó en claro sus principios: “Somos personas, no códigos, y defenderemos nuestra identidad. Yo soy Giorgia: soy una mujer, soy una madre, soy italiana, soy cristiana […]. Me avergüenzo de un Estado que no hace nada por las familias italianas. Me avergüenzo de un Estado que defiende los derechos de los homosexuales […]. Un Estado justo se ocupa de los más débiles, de aquellos que no se pueden defender por sí solos” [2].

Del párrafo precedente podemos inferir dos cuestiones fundamentales de su discurso y liderazgo político: por un lado, un claro mensaje que apelaría a una cuestión feminista selectiva; por el otro, un discurso fuertemente anclado en el conservadurismo popular. En primer lugar, la cuestión de género que tanto enfatiza en su intervención, presentándose como una mujer moderna e independiente pero, sobre todo, madre de familia, le permite configurar una efectiva “arma de ataque” contra minorías sexuales, étnicas y religiosas [3]. En segundo lugar, la defensa de los valores tradicionales de la identidad italiana, promoviendo así un retorno al nacionalismo, a la religión y a las tradiciones [4].

¿Entonces sería correcto hablar de una nueva líder para el centro derecha del país europeo? Ciertamente no: Meloni es heredera directa del extinto partido Alleanza Nazionale, espacio político considerado de ideología posfascista, en el cual comenzó a militar siendo adolescente, e incluso llegando a ocupar una banca en el parlamento en 2006. Su figura en ascenso llamó la atención del entonces Premier Silvio Berlusconi, reclutándola como integrante de la coalición gobernante Popolo della Libertà y convirtiéndola en Ministro de la Juventud. Años más tarde, luego de la caída del último gobierno Berlusconi, deja la coalición PDL y funda en 2012 Fratelli D’Italia, el partido que conduce en la actualidad, y cuyos socios son nada más y nada menos que Lega Nord y Forza Italia [5].


¿Algunas razones de su ascenso político?

El destacado politólogo italiano Daniele Albertazzi arguye dos razones principales, al ser consultado por el rápido crecimiento de la figura de Meloni: a) el fuerte anclaje territorial que FDI tiene en el centro y sur del país, que le otorgó al partido de Salvini la presencia necesaria para captar votos en un terreno inexplorado por la vieja Lega; y b) el liderazgo de Giorgia Meloni resulta más sólido en cuanto a matriz ideológica y de plataforma política, vinculada al arraigado nacionalismo italiano [6].

Otra de las razones importantes a destacar es el juicio moderado y responsable que tuvo la líder romana durante la grave crisis del Covid-19, que afectó especialmente a Italia durante los intensos y dramáticos meses de abril y mayo, en los cuales el país se convirtió en el epicentro europeo de la pandemia. En este sentido, Meloni declaró públicamente (respecto del Recovery Fund de la Unión Europea) que si el gobierno Conte Bis actuaba de acuerdo al interés nacional de los italianos, ella no tendría problemas en acompañar las medidas que se adopten a fin de salvaguardar al país de la peor crisis vivida desde la Segunda Guerra Mundial. Este gesto adusto le valió el aplauso de la mayoría de la clase política italiana, posicionando aún más su liderazgo (con peso propio) y diferenciándose del popular Matteo Salvini [7].

La disputa por el liderazgo del centroderecha en el Bel Paese

Los últimos sondeos electorales en la Península revelan o, mejor dicho, consolidan una tendencia que se viene dando en el arco de la centrodestra italiana durante los últimos meses: el partido que conduce Meloni, Fratelli D’Italia, duplica en porcentaje de aprobación (trepando casi a un 17%) a la derecha liberal berlusconiana y disputa el liderazgo central del espectro político soberanista al mismísimo Salvini.


Este protagonismo favorable a Meloni (y FDI) continúa, asimismo, durante los últimos días, pues junto a los otros dos partidos integrantes del centro derecha presentó una propuesta al Premier Giuseppe Conte, la cual está dividida en veinte puntos. Entre ellos podemos destacar: medidas de eficacia que van desde el transporte público hasta el sistema sanitario, a fin de evitar así un nuevo lockdown; devolución del 75% de la facturación mensual declarada en 2019 para pequeñas y medianas empresas; y fortalecer la atención domiciliaria y sanitaria de los más mayores, limitando la propagación de contagios y/o fatalidades [8].

Ante la situación que vive actualmente Italia, en donde se conjugan restricciones decretadas por el gobierno en pos de resguardar a la población italiana, masivas protestas sociales en las metrópolis más importantes del país y, fundamentalmente, un escenario que no hace más que reflejar el profundo y acaso ¿eterno? clivaje en clave territorial entre el Nord Italia y el Mezzogiorno o Italia Meridionale; el gesto político de Meloni hacia la coalición M5S – PD no es para nada despreciable.


Esta creciente aceptación por parte de los italianos hacia la figura de Giorgia Meloni le ha valido, últimamente, comparaciones nada más y nada menos que con la francesa Marine Le Pen, presentándola a la sociedad como una especie de Le Pen italiana. En este sentido, vale la pena observar cómo la tendencia de los sondeos evolucionará a futuro para la enérgica política romana. Por el momento vemos que la Lega de Salvini enfrenta un leve retroceso en sus márgenes de popularidad, y Fratelli D’Italia se consolida cada vez más como una genuina opción de derecha nacionalista y conservadora, sin la vieja impronta regionalista que caracterizó al partido de Salvini durante los años de Umberto Bossi.

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